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La culpa es de la vaca 2

La serpiente y la luciérnaga

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Cuentan que una serpiente empezó a perseguir desesperadamente a una luciérnaga. Ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba cejar en su intento.

Se evadió un día pero el reptil no desistía, dos noches y nada; en el tercer día, y ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo y dijo a la serpiente:

— ¿Puedo hacerte tres preguntas?

—No acostumbro a hacer concesiones a nadie, pero, como te voy a devorar, puedes preguntarme.

— ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?

—No.

— ¿Yo te hice algún mal?

—No.

—Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?

— ¡Porque no soporto verte brillar!

¿No es verdad que la envidia es uno de los sentimientos más frecuentes?

¿Has oído el refrán: Se le tiran piedras sólo a los árboles que tienen frutos?

¿De qué nos sirve la envidia? ¿Por qué la sentimos?

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